Nervios. Ilusión. Pero sobre todo miedo. Dicen que todo lo bueno empieza con un poco de miedo. Ojalá sea verdad. Me lanzo a la piscina del mundo on-line, y como dice una buena sabia, has abierto una tienda en la calle más oscura del último pueblo del culo del mundo. Pero veremos luz. Seguro.
Empiezo por el principio. Me llamo Ana y soy de un pueblecito de Cadiz. Crecí rodeada de trapos detrás de un mostrador. La adolescencia me hizo renegar de todo lo que conocía, pero nunca, nunca, nunca abandoné lo que amaba, que es crear. Recuerdo coger harina, azafrán, papel higiénico y forrar miles de cajitas. O pintar sin fin, me metía en otro mundo, volaba.
Luego la vida te lleva donde quiere, y después de estudios universitarios que nada tenían que ver, acabé detrás de un mostrador, sí, pero haciendo lo que más me gusta, todo lo que sea transformar, crear, pintar o moldear. Mi mostrador me abrió la puerta al mundo de los complementos de moda, y 5 años después abro mis puertas en el espacio virtual. Con la que está cayendo. Ay!
Me gustaria que vierais parte de mi trabajo, una pequeña muestra. Me gustaria que me acompañarais en esta nueva andadura.